LA LIBERTAD RESPONSABLE

Todo acto libre es imputable, es decir, atribuible a alguien. Normalmente los actos pertenecen al sujeto que los realiza, porque sin su querer no se hubieran producido. Es el agente quien escoge los fines y los medios y, por consiguiente, quien mejor puede dar explicaciones sobre los mismos. Así, del mismo modo que la libertad es el poder de elegir, la responsabilidad es la aptitud para dar cuenta de esas elecciones. Libre y responsable son dos conceptos paralelos e inseparables, y por eso se ha dicho que a la Estatua de la Libertad le falta, para formar pareja ideal, la Estatua de la Responsabilidad.

El miedo a la responsabilidad supone una visión desenfocada de la libertad, no apreciar que los compromisos atan pero a la vez protegen. Es bueno el compromiso que un médico tiene de salvar vidas humanas. Y es bueno para la sociedad, para sus pacientes y para él mismo, que se le pidan responsabilidades de ello. Si no se le pidieran, se fomentaría su irresponsabilidad. Y si fuera culpable, quedaría impune. El ejemplo vale para el abogado, el fontanero, el periodista, el arquitecto..., y para cualquier otra profesión y persona.
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