LA URBANIDAD EN LA SOCIEDAD ACTUAL

A LO LARGO DE LA HISTORIA LAS PERSONAS
CAMBIAN SU ESTIMATIVA SOBRE LAS NORMAS DE URBANIDAD Y LOS VALORES, LO
QUE SIGNIFICA QUE EN UNOS MOMENTOS TENÍAN MAYOR IMPORTANCIA PARA DETERMINADOS
GRUPOS Y CÍRCULOS SOCIALES. AL RESPECTO SE PUEDE INDICAR QUE EN ÉPOCAS
ANTERIORES CIERTAS NORMAS DE URBANIDAD NO SE APLICAN POR DESCONOCIMIENTO, LO
QUE INDICA QUE LAS NORMAS VARÍAN DE ACUERDO A LAS SOCIEDADES Y CONTEXTOS. ES UN
ERROR PENSAR QUE LAS NORMAS Y LO VALORES SE PIERDEN, PUES ESTOS SIEMPRE
PERMANECEN, LO QUE CAMBIA ES LA ESTIMATIVA QUE LAS PERSONAS LE DAN.
Expresiones como ‘buenos días’, ‘permiso’ y ‘pase usted’ ya no se escuchan. Las personas de ahora andan como los caballos: solo miran para el frente, decía mi abuela.
Y así es: las normas de educación y
cortesía parece que se hubieran extinguido. Las personas, al pasar de
los años, han perdido la amabilidad y sus maneras están por otros lados.
Es muy común ver escenas de jóvenes que
van sentados en el bus con audífonos y aparatos de alta tecnología
mientras las mujeres mayores o embarazadas van de pie rogando que
alguien les ceda el puesto.
Se dice que los jóvenes del siglo XXI
estamos preparados para enfrentar el mundo, con profesiones y posgrados.
Ocupamos altos cargos, algunos ya somos empresarios, pero surge una
pregunta:
¿De qué nos sirve tanta
preparación académica, si cuando estamos en una reunión de almuerzo o
trabajo no sabemos comportarnos en la mesa?
Muchos no sabemos cómo usar los cubiertos,
dónde poner la servilleta, a quién se le sirve primero ni cómo ubicar a
las personas con las que trataremos.
Como dijo un experto en protocolo: “Si
quieres saber si un hombre o una mujer tiene buenos modales, invítala a
comer, si no sabe comportarse, fuera de la mesa será peor”.
La sociedad contemporánea promueve personas de mentes brillantes, pero sin modales.
Encontramos constantemente en el
servicio público funcionarios que ni siquiera dan el saludo cuando nos
acercamos a solicitar un servicio; aún peor, no levantan la mirada del computador ni escuchan lo que se les consulta.
¿Por qué se han perdido las normas de urbanidad que en tiempos pasados se plasmaron en el Manual de Carreño?
Algunos psicólogos afirman que ahora la gente vive tan apurada y estresada que no se detiene a pensar en el otro.
Pensamos que no necesitamos de los demás
para vivir. Se pierden los buenos modales porque para que ellos puedan
ser implementados, se necesita comprender que la persona que está a
nuestro lado es esencial para nuestras vidas.
Las herramientas tecnológicas parecen
grandes enemigas de la urbanidad. El uso de los computadores, tablets y
celulares en la vida diaria interrumpen el sentarse a conversar con
alguien. Estos aparatos no están al servicio de nosotros, sino a la
inversa.
¿Será que tenemos que adaptarnos a este nuevo estilo de vida?
Opino que no. Es urgente preocuparnos por
recuperar los buenos modales que se han perdido; hasta el simple hecho
de decir “muchas gracias”; de pedir el favor; de decir ‘buenas tardes’ o
‘buenas noches’, hasta de preguntarle a los demás ‘¿cómo están?’, son
palabras básicas que harían una sociedad mejor.
Cuando tratamos a las personas con
amabilidad y respeto las estamos induciendo a que nos traten de la misma
forma; este tipo de reglas debe de volver a los hogares, colegios y
lugares de trabajo.
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